El valor de la publicidad

Volvemos en seis minutos....
La voz en off nos comunica con esta cortinilla que debemos afrontar una tanda de anuncios durante el tiempo estipulado. En la mayoría de nosotros cunde el desánimo o la irritación por haber visto interrumpida la programación.

Llegamo a nuestra casa y abrimos el buzón. Un montón de folletos, de todas clases y colores que, en un gran porcentaje acabarán en la basura. La publicidad, pura y dura, parece que nos molesta.

En cambio, vemos con interés programas de información o leemos artículos en periódicos o revistas. Es que aquí no no nos venden, nos estan asesorando, comentando....
Por ello es imprescindible empezar a pensar en cambiar los conceptos. Claro que es importante dar a conocer un producto o una actividad, pero hay que ver cuál es la manera más efectiva de hacerlo.
En una sociedad con una gran sobresaturación de información no cabe duda de que es imprescindible hacernos visibles de una manera mucho más efectiva y que nos haga destacar de nuestros competidores.
Para ello nada mejor que transformarnos en asesores y convertir el mero anuncio en información eficaz.
Las ventajas de este proceso son importantes, sobre todo a la hora de recuperar un elemento fundamental en el campo de la empresa como es la confianza. Y esta depende en una gran manera de la solvencia que sepamos trasmitir.
No basta, por tanto con un buen anuncio, hay que realizar todo un itinerario de comunicación que nos lleve a nuestro producto y a la venta final.

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